top of page

Fotosíntesis, suelos y agricultura regenerativa: el viaje del carbono

  • Foto del escritor: red colapso
    red colapso
  • 2 sept
  • 3 Min. de lectura

ree

Las hojas verdes de una planta al sol son diminutas fábricas que capturan CO₂ del aire y lo convierten en azúcares gracias a la fotosíntesis. De ese proceso depende toda la vida terrestre: cada grano de arroz, cada trozo de pan y también la salud de los suelos que nos sostienen.

Lo interesante es que no toda la energía que producen las plantas acaba en nuestras mesas. Una parte baja hacia las raíces, se libera al suelo en forma de exudados (como “goteros de azúcar”) y alimenta a millones de microbios invisibles.


Y aquí ocurre la magia: esos microbios, al comer y morir, dejan tras de sí restos que se unen a las partículas de arcilla y minerales. Así se forma la materia orgánica estable del suelo, la auténtica “caja fuerte” del carbono.


En otras palabras: la fotosíntesis es la entrada, pero son los microbios los que escriben el balance contable del carbono en el suelo.


El papel del suelo como aliado climático

Durante mucho tiempo se creyó que la materia orgánica del suelo era sobre todo restos de plantas que se descomponían lentamente. Hoy sabemos que gran parte del carbono más duradero viene de la llamada necromasa microbiana. En cultivos y pastizales puede representar hasta la mitad del carbono total del suelo.


Este cambio de perspectiva es importante, porque significa que no basta con dejar rastrojos en superficie: lo que realmente cuenta es que las plantas mantengan un flujo constante de carbono hacia abajo, hacia las raíces y los microbios, y que el suelo tenga las condiciones adecuadas para protegerlo.


¿Qué propone la agricultura regenerativa?

La agricultura regenerativa no es una receta única, sino un conjunto de prácticas que buscan mejorar la fertilidad del suelo, la biodiversidad y la capacidad de almacenar carbono. La ciencia ha estudiado varias de ellas:


  • Cubiertas vegetales: sembrar plantas entre cultivos para mantener el suelo vivo y cubierto. Diversos estudios muestran que aumentan la materia orgánica y mejoran la infiltración de agua.

  • Rotaciones diversas: alternar cultivos distintos, especialmente con leguminosas y raíces profundas, ayuda a mantener un suministro variado de exudados al suelo.

  • Labranza reducida: evitar remover la tierra en exceso protege la estructura y la vida del suelo. No siempre implica grandes aumentos de carbono en profundidad, pero sí mejora la resiliencia frente a la sequía y la erosión.

  • Pastoreo manejado: en pastos, un pastoreo bien planificado puede mantener la cobertura y estimular el crecimiento de raíces, aunque los resultados dependen mucho del contexto.


Lo importante es entender que ninguna práctica por sí sola es milagrosa. El potencial de captura de carbono en los suelos agrícolas es real, pero limitado. No sustituye a reducir emisiones de combustibles fósiles, aunque sí puede ofrecer beneficios enormes en términos de fertilidad, biodiversidad y resiliencia.


Principios sencillos para recordar

Podemos resumir la relación entre fotosíntesis, suelo y agricultura regenerativa en tres ideas clave:

  1. Más verde, más tiempo: cuanto más tiempo haya hojas capturando luz, más carbono entra en el sistema.

  2. Alimentar a los microbios: raíces y exudados son el motor invisible de la formación de carbono estable.

  3. Proteger la “caja fuerte” del suelo: reducir perturbaciones, mantener agregados estables y aprovechar la capacidad de las arcillas para retener carbono.


Un mensaje honesto

La promesa de la agricultura regenerativa no es que vayamos a “salvar el clima” sólo con cambiar cómo cultivamos. Pero sí puede ayudarnos a:

  • Mejorar la fertilidad del suelo sin depender tanto de insumos externos.

  • Aumentar la resiliencia frente a sequías y lluvias intensas.

  • Capturar algo de carbono, con beneficios reales si se mide con rigor.

Y quizá lo más importante: nos recuerda que la salud de los suelos está directamente conectada con el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que nos sostienen.


👉 ¿Quieres profundizar? Aquí tienes algunas referencias científicas accesibles:


  • Cotrufo et al. (2013). The Microbial Efficiency–Matrix Stabilization (MEMS) framework integrates plant litter decomposition with soil organic matter stabilization: do labile plant inputs form stable soil organic matter?DOI: 10.1111/gcb.12113


  • Liang et al. (2019). Quantitative assessment of microbial necromass contribution to soil organic matter.DOI: 10.1111/gcb.14781



 
 
 

Comentarios


bottom of page