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Plantas comestibles: un tesoro olvidado en nuestro entorno

  • Foto del escritor: red colapso
    red colapso
  • 4 oct
  • 3 Min. de lectura

Planta de romero

En un mundo donde la seguridad alimentaria y la sostenibilidad son cada vez más urgentes, aprender a reconocer y valorar las plantas comestibles se convierte en una herramienta poderosa. Muchas de estas especies crecen de forma silvestre a nuestro alrededor, en parques, campos e incluso en los márgenes de las ciudades, pero solemos pasarlas por alto.

¿Por qué hablar de plantas comestibles?

  • Resiliencia alimentaria: en contextos de crisis, saber identificar recursos locales puede marcar la diferencia.

  • Biodiversidad y cultura: muchas de estas plantas han formado parte de la dieta tradicional de nuestros abuelos.

  • Salud y nutrición: aportan vitaminas, minerales y fibra sin necesidad de procesos industriales.

Ejemplos de plantas comestibles comunes

A continuación, una selección de especies que puedes encontrar fácilmente en el entorno mediterráneo y en gran parte de la península ibérica:

  1. Diente de león (Taraxacum officinale): sus hojas son ricas en hierro y pueden añadirse a ensaladas o sopas.

  2. Ortiga (Urtica dioica): una vez cocida pierde su poder urticante y es fuente de proteínas vegetales.

  3. Malva (Malva sylvestris): sus hojas y flores son comestibles, con propiedades suavizantes para el sistema digestivo.

  4. Bellotas de encina (Quercus ilex): tostadas y molidas, han servido tradicionalmente como harina.

  5. Amarantos y quenopodios: considerados “malas hierbas”, en realidad son plantas altamente nutritivas.

  6. Acedera (Rumex acetosa): de sabor ligeramente ácido, sus hojas tiernas se pueden comer crudas en ensaladas.

  7. Verdolaga (Portulaca oleracea): suculenta, rica en omega-3 y excelente en ensaladas o salteados.

  8. Pamplina o hierba gallinera (Stellaria media): muy común en huertos, con sabor suave similar a la espinaca.

  9. Borraja (Borago officinalis): sus hojas y tallos jóvenes se cocinan como verdura, especialmente en Aragón y Navarra.

  10. Capuchina (Tropaeolum majus): sus flores y hojas son comestibles y aportan un toque picante a las ensaladas.

  11. Reina de los prados (Filipendula ulmaria): utilizada en infusiones por su aroma y propiedades digestivas.

  12. Ajo silvestre (Allium ursinum): hojas con sabor suave a ajo, muy apreciadas en la cocina centroeuropea.

  13. Hinojo (Foeniculum vulgare): sus brotes y semillas aromatizan ensaladas, guisos o infusiones.

  14. Trébol (Trifolium pratense): las hojas jóvenes y flores son comestibles; pueden usarse en infusiones o crudas.

  15. Lechuga silvestre (Lactuca serriola): antepasada de la lechuga cultivada, de sabor amargo pero nutritiva.

  16. Correhuela (Convolvulus arvensis): sus hojas tiernas se han usado tradicionalmente cocidas como verdura.

Plantas aromáticas comestibles

Además de las silvestres menos conocidas, existen plantas aromáticas comestibles que puedes cultivar fácilmente en balcones o huertos urbanos. No solo aportan sabor, sino también propiedades medicinales.

  1. Romero (Rosmarinus officinalis): estimula la digestión y realza guisos, carnes y panes.

  2. Tomillo (Thymus vulgaris): antibacteriano natural, se usa para sazonar verduras, legumbres o infusiones.

  3. Orégano (Origanum vulgare): rico en antioxidantes, da sabor a salsas, pizzas y conservas.

  4. Menta (Mentha spicata): refrescante, ideal para infusiones, postres o ensaladas.

  5. Albahaca (Ocimum basilicum): esencial en la cocina mediterránea, deliciosa en crudo o en pestos.

  6. Salvia (Salvia officinalis): aromática y ligeramente amarga, combina bien con pastas y platos grasos.

  7. Lavanda (Lavandula angustifolia): sus flores pueden usarse para aromatizar dulces o infusiones calmantes.

  8. Cilantro (Coriandrum sativum): habitual en cocinas del mundo, aporta frescura a sopas, salsas o ensaladas.

  9. Perejil (Petroselinum crispum): fuente de vitamina C y hierro, presente en multitud de recetas cotidianas.

Consejos antes de recolectar

  • Infórmate bien: no todas las plantas son seguras; algunas pueden confundirse con especies tóxicas.

  • Recolecta con respeto: nunca arranques más de lo necesario; cuida el ecosistema.

  • Evita zonas contaminadas: no recolectes cerca de carreteras o espacios fumigados.

  • Prueba poco a poco: si no las has consumido antes, introduce las plantas gradualmente en tu dieta.

Recuperar saberes, cuidar el futuro

Conectar con las plantas comestibles es reconectar con la tierra, con nuestra memoria colectiva y con formas más sostenibles de alimentarnos. Promover su conocimiento no significa sustituir nuestra dieta diaria, sino abrirnos a la diversidad que la naturaleza ofrece.

👉 En Redcolapso creemos que aprender sobre estas plantas no solo es un ejercicio de supervivencia, sino también un acto de amor hacia la biodiversidad.

 
 
 

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