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¿Qué es el colapso? Un concepto clave para repensar nuestro futuro

  • Foto del escritor: red colapso
    red colapso
  • 8 sept
  • 2 Min. de lectura


Paisaje inspirador de lo natural frente al colapso

La palabra “colapso” suele evocar imágenes apocalípticas, pero su significado real es más profundo y relevante: se refiere a la incapacidad de un sistema para seguir ofreciendo lo esencial a la mayoría de la población—como agua, comida, energía y servicios básicos—sin exigir un costo desproporcionado.


Esta definición proviene de la colapsología, un campo interdisciplinario que estudia los procesos que podrían llevar al colapso de nuestra civilización.


1. Colapsología: una mirada transdisciplinar

La colapsología emergió alrededor de 2015 con el libro Cómo todo puede colapsar de Pablo Servigne y Raphaël Stevens. Este enfoque integra disciplinas como ecología, economía, historia, sociología, psicología y futurología para explorar las condiciones que podrían llevar al colapso de nuestra civilización. Va más allá del alarmismo, examinando cómo las crisis medioambientales, energéticas, económicas, democráticas y geopolíticas se entrelazan y presionan los límites de sistemas vulnerables.


2. Teorías clásicas del colapso

Jared Diamond: Lecciones del pasado

En Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed (2005), Diamond examina sociedades antiguas como los mayas o los groenlandeses. Destaca cinco factores recurrentes:

  • Daño ambiental

  • Cambio climático

  • Vecinos hostiles

  • Pérdida de comercio

  • Respuestas inadecuadas de la propia sociedad

Estas claves ayudan a entender que el colapso no es inevitable, pero sí una posibilidad real si ignoramos las señales.


Joseph Tainter: El límite de la complejidad

Tainter, en The Collapse of Complex Societies (1988), aporta una visión diferente: las sociedades enfrentan problemas construyendo más y más complejidad—burocracia, sistemas, estructura social. Al principio, funciona; pero llega un punto donde cada unidad adicional de complejidad da beneficios cada vez menores. Cuando los costos de mantener ese sistema superan las ganancias, el colapso se vuelve probable.

Además, estudios recientes respaldan su planteamiento: modelos biofísicos muestran que la burocracia excesiva vulnerabiliza aún más a las sociedades frente al agotamiento de recursos.


3. ¿Qué dice la ciencia actual?

Danilo Brozović, académico de la Universidad de Skövde en Suecia, revisó más de 70 libros y 361 estudios sobre colapsos históricos. Concluye que evitar nuestro propio colapso exige cambios sociales y tecnológicos drásticos. No basta con encoger el sistema—hace falta reestructurarlo profundamente.

Su análisis identifica cinco áreas clave que requieren transformación:

  • Políticas públicas: Adaptación a la sostenibilidad y resiliencia.

  • Estructuras institucionales: Descentralización y flexibilidad.

  • Sistemas de producción y consumo: Transición hacia modelos circulares y locales.

  • Tecnologías: Innovaciones que promuevan la eficiencia energética y la equidad.

  • Cultura y valores: Fomento de la cooperación y la solidaridad frente al individualismo.

Brozović advierte que sin una transformación radical, corremos el riesgo de seguir el mismo camino que civilizaciones pasadas que ignoraron las señales de advertencia.


Conclusión

El colapso no es una palabra vacía; es una advertencia urgente y fundamentada. Estudiarlo no es alarmismo, sino sentido común colectivo. Saber qué es, cómo ocurre y qué hacer antes de que llegue permite construir una respuesta más humana y resiliente.

 
 
 

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